Fotografiar a una persona es un reto pero también una satisfacción, hacer un retrato a una persona significa adentrarse un poco al mundo de alguien que se presenta ante otra persona y con la cual se establece un diálogo personal.
La mejor manera de acceder a la información que se expresa en el otro es empatizando y conociendo al otro.
En un retrato existen dos personas trabajando, el que modela y el que interpreta lo que ve y conoce del que posa.
Cuando se pretende hacer un retrato se debe considerar la vida misma del de enfrente. Cuando hago una sesión a alguien trato de establecer situaciones que detonen emociones porque cada emocion nuestro rostro la refleja, en algunos estudios se dice que el rostro nos divide de los otros animales porque parte de nuestra comunicación depende de lo que vemos en los rostros de los demás. Por esa razón es que tenemos muchos más músculos faciales que otros animales.
El rostro nos hace únicos.
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